Despolitizar la política con miras al 2024

En 1215, el rey de Inglaterra, Juan sin Tierra, firmó la Carta Magna y con ello cedió derechos a sus gobernados ante el peligro de perder su reino. La Carta Magna se convirtió en un símbolo temprano de libertad y derechos fundamentales.

En México, existe una profunda desconfianza hacia los partidos políticos, tanto de oposición como en el poder. Todos enfrentan problemas de ineficiencia, corrupción e intrigas políticas, lo que los ha convertido en meros cotos de poder, donde el poder absoluto corrompe absolutamente.

Para recuperar la confianza del electorado con miras al 2024, los partidos deben enfrentar varios desafíos en menos de un año:

1. Reinventarse a través de una genuina intervención ciudadana, y abrirse a la participación en sus procesos de selección de líderes y candidatos, toma de decisiones y en la creación de propuestas con miras a fortalecer su representatividad, legitimidad y promover un enfoque más democrático y transparente.
2. Desplazar a los políticos de la política: Para lograr una renovación y cambiar la percepción de que la política es un espacio exclusivo para políticos profesionales, abrir espacios para la participación de ciudadanos comunes, profesionales, académicos y líderes sociales que aporten ideas y soluciones innovadoras a los problemas del país. La intervención pacífica de no-partidarios en los partidos es un tema central a discutir en 2024, y es fundamental la participación real y representativa de los sectores menos favorecidos.
3. Ciudadanizar el frente unido de ciudadanos y partidos de oposición, centrándose en la inclusión de representantes ciudadanos con credibilidad, es decir, aquellos que no sean políticos y que ofrezcan una perspectiva más amplia y diversa con propuestas más cercanas a las necesidades y preocupaciones de la población.
4. Des-fanatizar a los sectores más humildes del electorado y combatir la “supuesta” lucha de castas para superar la polarización y el fanatismo político actual.

Para lograrlo, es esencial que las organizaciones ciudadanas y los ciudadanos desarrollen una estrategia efectiva que les permita presentarse como una alternativa creíble y viable a la población mexicana. La unidad, la colaboración y la apertura a la participación ciudadana serán clave, lo que será imposible de lograr si se deja esta tarea únicamente a los partidos y a los políticos.

La ciudadanía preocupada, y no los partidos de oposición en México, tienen la tarea de reinventar la política y superar la polarización y el fanatismo. La intervención ciudadana, la apertura a nuevos actores y la lucha contra la desigualdad y la marginación son aspectos cruciales que deben abordarse en menos de un año.

En 2017, antes de que las precampañas presidenciales en México dieran inicio, era necesario un cambio. Sin embargo, al igual que en la célebre epopeya "El Señor de los Anillos", los personajes políticos actuales se aferran al poder, un elusivo espejismo que, como el anillo, desapareció y rara vez retornará.

Tal como Juan sin Tierra, los partidos requieren ceder espacios a los gobernados que los castigaron en 2018 y que volverán a hacerlo si no renuncian a sus cotos de poder. Esto implicaría una revolución política pacífica para despojar a los políticos del poder absoluto y renovar las instituciones corrompidas que aquejan a partidos y gobiernos en cada rincón de nuestro país sin excepción alguna.