La encrucijada priista del Estado de México

Cómo dirían los clásicos: "los demonios andan sueltos" la designación de la candidata del PRI a la gubernatura del Estado de México, pasa por un sinuoso y espinoso camino, las apuestas se disputan entre dos visiones diferentes y representadas principalmente por dos grupos políticos que postulan a dos mujeres con vínculos y trayectorias semejantes, aparentemente.

Por un lado, el actual gobernador de la entidad, con su proyecto y por el otro, dos exgobernadores que aglutinan parte del oriente del valle del estado y mantienen relaciones estratégicas con grupos políticos afines que no decantan abiertamente su posición ante la otra candidata.

Estás visiones fortalecen a una candidata dispuesta a no rajarse ni bajarse, que, por cierto, aspiraba en el proceso pasado a ser la candidata a la gubernatura.

La otra, se mantiene fiel a la institución que la arropa y promociona con los beneficios de los programas sociales del gobierno en turno. Los datos duros arrojan una suerte que obliga a incorporar a otras fuerzas políticas en la entidad para lograr enfrentar a la designación de Palacio Nacional.

La llamada alianza opositora ha soltado a sus alfiles para negociar posiciones y cuotas de poder desde ahora.

Se requiere de información dura e inteligencia política para medir los valores positivos y negativos de ambas aspirantes para poder definir una estrategia exitosa.

Además de una operación política que sume y que no divida la tan aspirada UNIDAD política del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Las preguntas a responder son: ¿Quiénes y con quién se logra la alianza con la Sociedad? ¿Qué ofrece ésta para resolver los problemas que aquejan a la población? y ¿Cómo lograr generar un mínimo de condiciones sociales y económicas que permitan la existencia de oportunidades para todos? ¿dónde está la sociedad?