La importancia del Estado de México en el 2024

En el juego político del 2023 hacia el 2024 las fichas se mueven conforme al talento de los jugadores reales, de acuerdo a sus capacidades y estrategias dominantes, unos se erigen cómo actores y otros como simples observadores.

Habrá quienes decidan retirarse del juego, pero siempre están las apuestas abiertas.

Por su parte, el jugador dominante tiene un interés claro en mantener el récord de ganador, pero requiere de jugadores que sumen y muevan los momios a su favor en la apuesta máxima hacia 2024.

Si el actual gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, consigue mantener el dominio priista en la entidad, se elevaría el interés del mandatario mexiquense por contender en 2024, pues es un hecho que Del Mazo ya aparece en el radar de presidencia.

Por otro lado, el jugador dominante requiere de dividir una fuerza que apenas emerge de manera incierta, sin proponer una apuesta contundente para los actores decisores en la contienda.

En el pasado la presidencia ha quedado en poder de un partido político distinto al partido que hasta la fecha ha gobernado el Estado de México. Ese fue el caso del año 2000 con Vicente Fox y del 2006, con Felipe Calderón, ambos de extracción panista. Habría que preguntarse ¿qué es lo que realmente quiere el presidente con Claudia?

Atraer más apostadores a su juego real y acrecentar su capital político con inversionistas y socios de coyuntura en el trance del juego mayor. ¿Por qué no? En los hechos lo está haciendo, recordemos el juego de Arturo Montiel cuando Isidro Pastor logro incorporar a su bancada a notables diputados panistas al grupo priista.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha incorporado a ex gobernadores priistas y la estrategia dominante sigue su curso: Fortalecer para permanecer. Pero ¿cuántas "corcholatas" jugarán desde distantes apuestas?