Mi terapeuta, mi decisión

Día a día, el mundo construye una red de información muy grande respecto al cuidado de la salud emocional. En este sentido, resulta muy fácil encontrar post, reels, artículos y demás información en la internet sobre cómo entender, canalizar y solucionar nuestro estrés y ansiedad.

Sin embargo, vivimos en un mundo capitalista en dónde nos emocione o no, muchos trabajamos para generar un ingreso económico. Por lo que, si te dedicas al ámbito de las neurociencias, la psicología, psiquiatría u otras ramas de la salud mental, continuamente bombardeas a tu cerebro y sistema con métodos, ya sea para probarlos, para ver su eficacia o simplemente como una herramienta que nos ayuda, manteniéndonos así muy activos en el ámbito del ¨estar bien¨.

Pero ¿qué sucede si no estamos acostumbrados a esas herramientas?, ¿qué pasa si trabajamos o nos empleamos en algo muy diferente al área de la salud?

La dificultad se incrementa para ambas partes (para el profesional de la salud y para el paciente), porque: como profesional ¿cómo podemos recomendar ciertas herramientas? ¿cómo podemos entender al paciente? ¿cómo podemos ser empáticos?

Si no entendemos el medio en que se suscita el factor desencadenante de estrés, no entendemos las circunstancias por las que la persona pasa cada día, y resulta muy fácil decir -no te estreses, te estresas por todo, no aguantas nada o incluso, renuncia si no te gusta el trabajo- claro, no como terapeuta.

Y para el paciente, incrementa la angustia, cuándo no logra ver resultados positivos después de terapia o no siente que funcione algún método o herramienta.

Las dudas invaden, tanto al paciente, cómo al profesional; si lo están haciendo bien, si van correctos en su práctica, y si los resultados son los adecuados y proyectados.

Es importante analizar de dónde provienen nuestro estrés y/o nuestra ansiedad. Si lo podemos resolver y sobre todo si queremos, realmente solucionarlo.

Por eso traemos para ti, una serie de artículos relacionados con herramientas terapéuticas, con información científica psicológica y neurocientífica, y ¿por qué no? física y química, de lo que sucede en nuestro organismo, principalmente en nuestra mente, cuando nos invade el estrés.

Te diremos cómo hacerle frente y sentirnos mucho mejor.