¿Por qué México no está preparado para tener una mujer presidenta?

Desde que se destapó a Claudia Sheinbaum como parte de las corcholatas para la presidencia y arrancó una campaña anticipada, se ha cuestionado si nuestro país está listo para que una mujer gobierne.

La ex jefa de Gobierno señaló en una entrevista con El País, que, si alguien dijera lo contrario, eso significaría que no hay igualdad de derechos para las mujeres.

Y tenemos derecho a la vida, aunque México ocupe la séptima posición de feminicidios registrados en América Latina, con una tasa de 1.4 por cada 100 mil mujeres.

También tenemos el derecho a la igualdad, pero las mujeres tienden a ganar menos por su trabajo que los hombres. No lo digo yo, datos del IMCO reportaron que, en 2022, la brecha de ingresos fue de 14%, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer obtiene 86 pesos.

Y no podemos dejar de lado el derecho a la salud, aunque tenemos un gobierno que se viste de rosa, pero, por otro lado, quita apoyos a mujeres con cáncer.

Ciertamente la participación política de las mujeres va creciendo gracias a este derecho, pero ya basta que los partidos dirigidos por hombres nos hagan el favor solo por cubrir su cuota de género.

Está demostrado que el empoderamiento de las mujeres estimula la productividad y el crecimiento económico. Si nos estamos abriendo paso y logramos la independencia, queremos que quien nos represente y gobierne sea eso, independiente.

Si Nicaragua, Panamá, Costa Rica, Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Honduras ya se dieron la oportunidad de tener su primera mandataria… ¿Por qué México ha tardado tanto?

Tal vez la respuesta a mis dos preguntas tiene que ver con los prejuicios…Hoy justo el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentó un estudio que revela que los prejuicios contra la mujer continúan enormemente arraigados en la mayor parte del mundo y apenas se han reducido en la última década.

Nueve de cada diez personas siguen teniendo algún tipo de prejuicios contra las mujeres y hasta una de cada cuatro ve justificado que un hombre las golpee.

Además, la mitad de los habitantes creen que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres y un 40% consideran que son mejores ejecutivos en el sector de negocios.

Entonces, ¿estaremos siendo exageradamente prejuiciosos al considerar que Claudia es una réplica del actual presidente? Y por qué las otras posibles contendientes tampoco convencen?

Pensemos esto la próxima vez que levantemos el puño y que no sea para golpear a una de nuestro género.

Que no se diga más que la enemiga de una mujer es otra.

Que el prejuicio no sea el argumento.