En medio del crecimiento sostenido de la industria del bienestar —que tan solo en Latinoamérica alcanzó un valor de 58 mil millones de dólares en 2024, según el Global Wellness Institute—, el pilates ha dejado de ser una disciplina alternativa para convertirse en un pilar bienestar urbano en la Ciudad de México.
Según el informe 2024 Global Wellness Economy, el pilates experimentó un crecimiento del 160% a nivel nacional entre 2020 y 2024, con la CDMX como uno de sus principales epicentros. Este auge no solo se refleja en el número creciente de estudios e instructores, sino también en la cultura del autocuidado que adoptan miles de capitalinas que lo eligen como una alternativa integral al ejercicio tradicional.
“Hay un cambio cultural en marcha. El pilates responde a una necesidad de salud integral. Es físico, pero también mental. Y en ciudades como esta, con tanto estrés, eso tiene mucho valor”, afirma Dayana Aronovich, fundadora de U Can, una marca mexicana especializada en productos para yoga, barré y pilates, que proyecta facturar 80 millones de pesos en 2024, tras comenzar vendiendo tapetes en 2020.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2023 del INEGI revela que el 48% de los capitalinos entre 25 y 40 años realiza actividad física con regularidad, y dentro de este grupo, el pilates se ha ganado un lugar privilegiado. Su capacidad para mejorar la postura, la respiración y reducir el estrés lo ha vuelto especialmente atractivo entre profesionales jóvenes, muchas de ellas trabajando desde casa.
La práctica ha encontrado aliadas entre figuras públicas como Martha Higareda, Sandra Echeverría y Tessa Ia, quienes han compartido rutinas en redes sociales, contribuyendo a su popularización entre mujeres urbanas que buscan equilibrio físico y emocional.
A la par, estudios como Reformer Club (Roma Norte), Studio Beyond (Lomas de Chapultepec), Mind & Body (Polanco), Marem Studio Pilates (San Jerónimo) y Balance Studio (Condesa) han consolidado una oferta especializada con programas que combinan técnica, comunidad y diseño de espacios.
“El pilates me ha permitido fortalecer el cuerpo sin desgastarlo. Trabajo desde casa y pasar tantas horas sentada me generaba molestias que esta práctica ha aliviado”, explica Carla Espinosa, asistente regular a un estudio en las Lomas de Chapultepec.
Mientras que Natalia Ríos, habitante de la colonia Anzures y usuaria de un estudio en la misma zona, “La precisión y concentración que exige el pilates lo convierte en algo más que ejercicio. Es también una forma de bajar el estrés de la ciudad”.
“No es una moda pasajera. El pilates llegó para quedarse”, sentencia Aronovich. Y los datos lo confirman: según Mercado Libre, las búsquedas relacionadas con pilates se duplicaron entre 2022 y 2024, mientras que la demanda de camas reformer ha mantenido una tendencia al alza.