Lo cierto es que no es lo mismo ser oposición a convertirse en gobierno. Pues se requiere demostrar talento y capacidad para servir a los ciudadanos desde el poder político de las instituciones.
Tal ejercicio implica un conocimiento claro y certero de las condiciones internas y externas del país en su complejidad total.
Alzar la voz y convocar a movilizaciones y protestas a modo, para enfrentar la adversidad de una nueva realidad mundial no es una buena señal, pues demuestra la ausencia de una estrategia competitiva y técnica política capaz de lograr resultados a los diversos y diferentes problemas que marginan a un gran segmento de la población.
Los ejercicios de poder instaurados por el expresidente AMLO, conllevan el agotamiento de un desarrollo democrático logrado en un proceso histórico de varias décadas.
Una de las tareas endosada a la presidenta Sheinbaum, por el expresidente López Obrador es la Reforma constitucional al Poder Judicial, que debido a su premura y falta de transparencia ha generado incertidumbre y desconfianza de organismos empresariales, academia y especialistas en el ámbito constitucional. Amén de disminuir las aspiraciones y formación de jueces y magistrados.
Esta reforma se trata un golpe directo al poder qué mantiene un contrapeso a los otros dos poderes del estado nacional: el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
Un poder judicial que vela por el cumplimiento de los actos legislativos y el desempeño del ejercicio de gobierno con estricto apego al marco constitucional.
Se mantiene un ambiente de polarización cuando desde la mañanera del pueblo, se establece una narrativa de referencia a “ellos y nosotros”, pues se le olvida a la presidenta que la democracia se construye y conjuga con “somos todos”.
La tan sonada unidad conlleva inclusión y tolerancia, aceptación del otro y consenso de lo posible, por eso es política. Inclusión, pluralidad, diversidad, horizontalidad, corresponsabilidad y tolerancia para construir.
Recientemente lo refirió Jorge Alcocer, director de la revista ‘Voz y Voto’ y la maestra María Marván Laborde, politóloga y exconsejera del Instituto Federal Electoral: “No es de derecha, no es de izquierda”.
Ese Deja Vu Político lo advirtió Alcocer a quien recuerdo en los debates de la Comisión Federal Electoral de la secretaria de Gobernación en 1988, quien decía atinadamente: “no hagan caso de lo que se dice, observen lo que se hace”. Los hechos hablan por si sólo quienes son realmente.
PD. ¿Alguien sabe algo del silencio de Andrés Manuel López Obrador y alguien recuerda lo dicho por el extinto Muños Ledo? Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos. #LÁNZATE #EnMangasDeCamisa.