
La reciente visita a México del presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, en el marco del quincuagésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, responde a un interés mutuo por profundizar los vínculos comerciales y ampliar las oportunidades de inversión.
El encuentro estuvo acompañado por el anuncio de la apertura de la embajada singapurense en territorio mexicano, un hecho relevante para la presencia del país asiático en América Latina.
Pero, ¿qué representa Singapur en el escenario global?
La República de Singapur, situada en el corazón del sudeste asiático y con una población de casi seis millones de habitantes, posee uno de los PIB per cápita más altos del mundo. Es reconocida por tener uno de los puertos con mayor movimiento de mercancías y por ser un nodo tecnológico estratégico, con capital humano altamente calificado y un sólido ecosistema industrial.
Un caso emblemático es la manufactura de semiconductores. Singapur produce alrededor del 10% de los chips que se producen a nivel mundial. Además, en este país se han instalado importantes empresas globales de inteligencia artificial y computación cuántica, lo que demuestra su relevancia estratégica para el Plan México.
Sin duda, esta visita representa un movimiento geopolítico relevante para ambos países en un contexto de incertidumbre comercial, marcado por la fragmentación y tensión entre potencias. Para Singapur, México representa un socio estratégico en la región de América del Norte, con una economía perfectamente consolidada, plenamente integrada al T- MEC y una industria manufacturera en expansión. México se convierte, entonces, en puerta de acceso a un mercado de más de 500 millones de consumidores.
Para México, la relación con Singapur ofrece oportunidades palpables de inversión, sobre todo en temas de logística portuaria, tecnología digital y desarrollo sostenible. Cooperar con uno de los países más desarrollados en estos rubros permitirá a México acelerar sus procesos de modernización e innovación.
Cabe destacar que el intercambio comercial entre ambas naciones ya supera los cuatro mil millones de dólares y la presencia de más de ciento ochenta empresas singapurenses en México, con una inversión que rebasa los mil millones de dólares, es fundamental para la relación bilateral.
Sin embargo, dar continuidad y formalidad a los acuerdos comerciales contribuirá a diversificar la dependencia económica de México, reduciendo su concentración casi exclusiva en Estados Unidos. Contar con un aliado estratégico en la región Asia – Pacífico le brindará a México una plataforma renovada y un puente hacia mercados asiáticos donde aún tiene una presencia marginal.
En este contexto, conviene subrayar que los acuerdos pactados requieren de compromiso y continuidad. Restaurar arrecifes exige desarrollo científico y presupuesto; la cooperación digital demanda capacidades técnicas que México aún debe fortalecer; y la defensa del multilateralismo implica una diplomacia activa, no solo discursos que quedan en el tintero.
Actualmente México tiene una oportunidad estratégica frente a sí, pero también un desafío: debe priorizar la modernización interna, pues en tiempos de incertidumbre global, las alianzas inteligentes no son un lujo, sino una necesidad.
