¡De perdida que sea Marcelo!

Los tiempos de la sucesión presidencial se adelantaron después del resultado electoral del 2021 (elección federal Intermedia), en la que se midieron las fuerzas que le hicieran bloque los tres partidos políticos nacionales: PAN, PRI y PRD, a la ola MORENA (con sus aliados PT y VERDE).

Así la sucesión decanto con un perfil a modo desde Palacio Nacional y la declaración abierta de contender de Marcelo Ebrard Casaubón.

Claudia en el ojo de Dios, y Marcelo en una posición de segundo ante las declinaciones anteriores en favor de Andrés Manuel López Obrador.

Un tercero que logró permanecer en la expectativa de otra corriente que poco a poco brilló y luego opacó su aspiración: Ricardo Monreal.

La llegada de Adán Augusto al florero de Bucareli, provocó el resurgimiento de la vieja tradición del regionalismo postrevolucionario, al incorporar paulatinamente a sus " paisanos " el núcleo de poder.

El juego estaba planteado y seguía la desarticulación del bloque opositor. La pregunta que afloraba y que confirmaba la siguiente jugada era la conquista de la joya de la corona “El Estado de México” y la tersa, pero segura entrega, para asegurar un fuerte respaldo en la imposición desde Palacio Nacional de la preferida y decantada sucesora de la 4T.

Los observadores del capital y factores reales de poder no vislumbraron un objetivo común del bloque opositor, así decidieron preferir a un perfil proclive a sus intereses futuros apostando por un articulador de cambio con rumbo, y continuidad de la transformación: Marcelo Ebrard; político articulador con la globalidad y conocedor del andamiaje de operación del sistema político.

Por su parte, el inquilino de Palacio Nacional, confirmó la radicalización del eje transformador con una científica emergente desde las luchas estudiantiles en la UNAM, becaria de la fundación Rockefeller, con arrestos científicos y administrativos en la CDMX y ex vocera de la campaña de AMLO en 2006.

Los tres referentes: Claudia, Marcelo y Adán, abrieron las expresiones nacionales de MORENA, y se aglutinaron los gobernadores según sus apuestas y arreglos.

De este modo, se inició la ruta de operación que fue interrumpida por la renuncia de Marcelo Ebrard a la cancillería y que aparentemente obligó a los otros jugadores a dejar sus responsabilidades públicas para ponerse al mismo nivel de la cancha.

Pero ¿habrá piso parejo en la contienda interna? ¿Suministro de oxigenación para darle impulso suficiente al dedo del gran elector? ¿Tendrá capacidad la oposición de enfrentar a la marea de Andrés Manuel que aún prevalece en la población? ¿Cuál será la lanza que le de permanencia y continuidad al "proyecto AMLO”?